- Área: 12328 m²
- Año: 2013
-
Fotografías:Nigel Young / Foster + Partners
-
Proveedores: Godelmann, TECU®
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Los históricos edificios del Museo han sido cuidadosamente restaurados y los espacios de exposición aumentados por una espectacular nueva ala, que ofrece un ambiente ideal para la contemplación de la magnífica colección 'Blue Rider'. Además de mejorar radicalmente el rendimiento medioambiental de los edificios, la remodelación ha creado un nuevo acceso y espacios sociales, incluyendo un restaurante, terraza, servicios de educación y un espectacular atrio de altura completa, donde lo antiguo se articula dentro de lo nueva.
Construido en 1891 como un estudio y villa para el artista Franz von Lenbach, el Museo Lenbachhaus se ha extendido gradualmente a lo largo del último siglo. Sin embargo, sus edificios necesitaban una renovación y el museo carecía de las instalaciones para atender a una creciente audiencia de 280.000 personas al año. Redefiniendo la circulación a través del sitio, el proyecto ha transformado una compleja secuencia de espacios de diferentes períodos en un museo unificado y legible que sea accesible y abierto a todos.
Retirando las acumulaciones históricas innecesarias, una extensión de 1972 ha sido retirada para revelar la pared de la casa original, que ha sido cuidadosamente restaurada. Los diferentes elementos históricos se unifican a lo largo de la calle Richard-Wagner con un nuevo pabellón/galería, que contiene dos niveles de espacio de exposición. El nuevo edificio está diseñado como un "joyero" para los tesoros de la galería - está revestido de tubos de metal de una aleación de cobre y aluminio, y su color y forma han sido diseñadas para complementar la rica tonalidad ocre de la villa y las fachadas texturizadas.
En el interior del nuevo edificio, una serie de galerías íntimas exhiben la colección de renombre internacional "Blue Rider", de pinturas expresionistas de principios de siglo, haciéndose eco de la escala doméstica de su lugar original en la villa Lenbach. Como muchas de las obras de arte eran pintadas en "plein-air", la luz natural indirecta se ha llevado deliberadamente hacia las galerías del nivel superior, generando el ambiente óptimo para su visualización.
Una nueva entrada ha sido creada junto al restaurante, accediendo a través de una nueva plaza ajardinada por el este del museo - este movimiento reclama el patio con jardín, convirtiéndolo de una calle peatonal a un espacio tranquilo para los visitantes. El restaurante está abierto fuera del horario de apertura del Museo y los asientos continúan hacia afuera, ayudando a dar vida a las calles de los alrededores y la atracción de nuevos visitantes a las galerías.
El nuevo corazón social del edificio es un dramático atrio iluminado cenitalmente, con boletería y mostradores de información, el acceso a un nuevo espacio de exposiciones temporales en la planta baja y una gran escalera en voladizo que lleva hacia las galerías del nivel superior. Claramente articulando lo viejo con lo nuevo, su impresionante volumen incorpora la pared exterior ocre de la villa original y se escala para dar cabida a grandes obras de arte. El museo encargó al artista Olafur Eliasson una obra para un sitio específico, titulada Wirbelwerk. Durante el día la luz del sol baña las paredes blancas a través de una larga y delgada abertura al nivel del techo y las persianas horizontales, que generan cambios en los patrones de luz y sombra en el espacio.
Además de la reparación de la estructura de los edificios existentes, uno de los principales objetivos del proyecto ha sido mejorar radicalmente el rendimiento medioambiental del museo. Se ha implementado entre los pisos un sistema de calentamiento y enfriamiento a base de agua - utilizando mucha menos energía que un sistema de calefacción basado en el aire, lo que representa un paso innovador en un contexto de galería. El agua de lluvia también se recoge y se recicla y la iluminación se ha sustituido y mejorado por los sistemas de bajo consumo.
Lord Foster:
"Nuestro principal reto ha sido mantener la misma cantidad de área de exposición, dentro de la huella del museo, mientras creamos nuevos espacios de circulación y para los visitantes. Dada la forma en que las diferentes partes del museo habían evolucionado, no había ningún espacio típico - cada rincón es único y requiere de una atención individual y diferentes decisiones de diseño. Este ha sido un proceso fascinante. Otro aspecto importante de nuestro diseño ha sido la creación de nuevas oportunidades para exhibir las obras de arte, fuera de los límites tradicionales de la galería, como en el atrio. Este espacio desarrolla la idea de la "sala urbana" - es el corazón público y social del museo, y el punto de conexión con la ciudad en general ".